
Pequeños ahorradores, grandes logros
La educación financiera es una habilidad esencial que todos los niños deben aprender para navegar con éxito en su futuro.
29 de mayo de 2025
Enseñando educación financiera a los niños desde una edad temprana
Desde ahorrar para su juguete favorito hasta comprender cómo invertir de manera inteligente, enseñarles conceptos financieros básicos desde temprano les ayudará a desarrollar hábitos sólidos y a tomar decisiones inteligentes con su dinero. En este artículo, exploraremos cinco pilares clave de la educación financiera para niños y compartiremos actividades prácticas para ponerlos en práctica, así como un descargable de la Guía Familiar de Educación Financiera de la CONDUSEF.
La importancia de enseñar educación financiera desde pequeños
A medida que los niños comienzan a interactuar con el dinero, ya sea a través de su mesada o pequeños obsequios, se convierten en receptores perfectos para aprender conceptos como ahorro, gasto consciente y el valor de dar a los demás. Dotarlos de estos conocimientos no solo los capacita para administrar sus finanzas personales, sino que también fomenta su responsabilidad, paciencia y habilidades para la planificación.
Enseña a tus hijos sobre el valor del dinero; habla de manera clara de la forma en que los padres trabajan, para ganar un salario y cubrir todas las necesidades de la familia
Repasemos los cinco pilares fundamentales de la educación financiera

1. Ahorrar
Concepto clave: Ahorrar implica guardar dinero hoy para alcanzar metas futuras.
Cómo enseñarlo: Introduce a tu hijo en el hábito de ahorrar con retos prácticos. Por ejemplo, usa una alcancía donde puedan recaudar dinero para algo que deseen, como un juguete o una bicicleta. Diseña metas claras y celebra los progresos que hagan, mostrando cómo cada pequeño esfuerzo cuenta.
Actividad práctica: Organiza un «reto de ahorro», donde los niños establezcan cuánto dinero necesitan, cuánto deberán guardar cada semana y cuánto tiempo les llevará alcanzar su meta.
2. Presupuesto
Concepto clave: Crear un presupuesto ayuda a administrar los ingresos y controlar los gastos de manera eficiente.
Cómo enseñarlo: Invita a los niños a participar en actividades de presupuestación simples. Una gran idea es armar juntos un presupuesto familiar ficticio para la compra semanal, o una salida al cine, explicándoles por qué ciertas decisiones financieras tienen sentido.
Actividad práctica: Diseña una hoja de presupuesto en papel o formato digital y deja que tomen decisiones, como elegir opciones de comida o determinar cómo gastar de forma más eficiente.
3. Gastar
Concepto clave: Saber gastar implica tomar decisiones informadas sobre dónde y cómo se usa el dinero.
Cómo enseñarlo: Enséñales a comparar precios y evaluar alternativas antes de realizar una compra. Además, explora con ellos el valor de considerar no solo el precio, sino también la calidad y utilidad de los artículos.
Actividad práctica: Lleva a tus hijos al supermercado y anímalos a comparar precios entre productos similares. Haz que expliquen su elección final y reflexionen sobre cómo gastar mejor.
4. Invertir
Concepto clave: Invertir significa usar el dinero para hacerlo crecer a lo largo del tiempo.
Cómo enseñarlo: Aunque el concepto de inversión puede ser complicado para los niños, puedes hacerlo divertido y accesible con simulaciones. Por ejemplo, organiza un juego de bolsa de valores simulado donde puedan elegir acciones ficticias y aprender cómo suben o bajan de valor.
Actividad práctica: Utiliza plataformas o herramientas interactivas para niños, como juegos de inversión simulada, para enseñarles cómo funciona el mercado bursátil y la importancia de diversificar.


5. Dar
Concepto clave: Dar es una forma de compartir recursos con quienes más lo necesitan y contribuir al bienestar social.
Cómo enseñarlo: Anima a los niños a asignar una parte de su mesada o ahorros a causas benéficas que les interesen, como refugios para animales o campañas escolares.
Actividad práctica: Organiza un día de voluntariado familiar, como recolectar juguetes para donar. Esto les ayudará a comprender que dar no solo se trata de dinero, sino también de tiempo y esfuerzo.
La educación financiera no tiene por qué ser complicada ni aburrida. Al involucrar a los niños en actividades cotidianas y darles las herramientas para aprender conceptos clave como ahorro, presupuesto, inversión y generosidad, les damos el poder de convertirse en adultos financieramente responsables.
Como padres, mentores o educadores, estamos sembrando las semillas para que ellos cosechen un futuro exitoso.
“Pequeños pasos hoy, grandes finanzas mañana.”



